11 mar 2011

No sólo ganas dinero en el casino


Desde la oreja, recorre su mejilla, llega a su cuello, baja y regresa en especie de "u" hacia su barbilla; es una cicatriz de aproximadamente 30 centímetros, una delgada línea que es la fiel testigo de su lucha contra el cáncer.

De lunes a viernes viaja 2 horas para recibir su tratamiento de radioterapia, su rostro está hinchado, detrás de su oreja su piel parece estarse "quemando", no obstante, siempre regresa a casa con una sonrisa, preocupado por las cosas que tiene que hacer, en lugar de simplemente recostarse y descansar durante su tratamiento de varias semanas.

Aquellos días en los que su rostro expresa cansancio, tristeza y desesperanza se borran inmediatamente con una tarjeta: la introduce en la máquina, selecciona las líneas, el monto de la apuesta y ¡SPIN!

Las imágenes gira, giran y giran, sin darse cuenta han pasado horas desde que se sentó en aquella cómoda silla, varias edecanes han ido a cuestionarle si desea alguna bebida, en ocasiones las ignora, de pronto pide un refresco o simplemente expresa un: "no, gracias" para que se alejen y lo dejen "concentrarse" en pulsar un botón.

Una "buena jugada" de la señora de al lado hace que olvide un momento observar su juego y se centre en el pago de las líneas de su ahora "nueva amiga"; en realidad espera con ansiedad que se levante a cobrar para ocupar su lugar.

Su vejiga retiene líquidos por un tiempo considerable, cuando creo que seguirá en ese asiento por más tiempo repentinamente se levanta con una gran cara de satisfacción, la sonrisa lo delata: ha ganado.

Quizás sólo fueron 300 ó 500 pesos, y seguramente ya había ingresado con anterioridad 600, no lo sé, lo único que me queda claro es que el cáncer fue vencido (por lo menos un día) por un bonus.





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