16 nov 2008

Islas Feroe.. una masacre



Tal vez en muchas culturas existan riruales extraños para demostrar tu madurez y tu conversión de joven a adulto, pero lo que se hace en Dinamarca, exactamente en Dinamarca es una masacre, no me cierro a nada y se deben respetar ideologías pero lo hecho por los habitantes de las Islas Feroe es dañino para otros seres vivos, indefensos sin saber siquiera si son jóvenes o adultos. Les dejó esta imágenes del ritual que hacen en Dinamarca para demostrar que los jóvenes se convierten en adultos.











12 nov 2008

Oscuridades distintas

¡Goool! Grité al ver a mi equipo anotando el 8º tanto del partido, “Zaira, puedes venir a prenderme el Sky” exclamó mi tía Alma ansiosa de ver un programa más de la Academia, salí de la cancha y me dirigí a prender la tele en tanto mi prima hacía escuchar “Son cosas del amor, que te vaya bien, que te vaya mal….” Después de haberla seleccionado en la rockola, justo cuando iba a apretar el botón de encendido en el receptor, una impresionante explosión azul a pocos kilómetros de ahí provocó un escalofriante cese de luz eléctrica suscitando un aturdidor grito de los presentes, además de una rápida movilización para encontrar a la persona que los hiciera sentir más seguros.

La cancha de fútbol, las canastas de basquetbol, las jaulas de los animales, el pastizal donde “Madona” con sus grandes ubres y sus manchas negras se alimentaba, el espacio techado en donde las señoras conversaban, desaparecieron a causa de la oscuridad, simplemente una frágil luz natural nos guiaba desde el cielo a través de la penumbra, a lo lejos se vislumbraba la repentina detención de los automóviles que transitaban por la carretera.

Sirenas de ambulancia era lo que único que se lograba escuchar, “ha de ver sido en la gasera” anunció a todos mi tío Arturo, tratando de asociar la distancia de la explosión y la cercanía de la estación de gas, “vámonos, vámonos rápido porque se puede venir la explosión hacia acá, estamos demasiado cerca” alertó mi tío Arturo, “huele a gas”, “sí es cierto huele a gas”, “vámonos ya, está oliendo mucho a gas”, comenzaron a decir varios de los asustados, “no encuentro las llaves de la camioneta” volvió a hablar mi tío, con la ayuda de una linterna que mi tío Armando carga siempre en su auto, se dispusieron a buscarlas rápidamente entre los periódicos, los platos de botana y los vasos que se encontraban en las mesas, sin un resultado positivo decidió dividirse la familia propietaria de la camioneta entre los demás vehículos, se vio interrumpida su acción al escucharse nuevamente la voz de mi tío Arturo “ya las encontré, las traía en el pantalón”.

Tranquilizándose el momento con solitarias pero nerviosas risas por el vergonzoso suceso, una luz repentina apareció entre la oscuridad, el celular de mi tía Adriana sonaba escandalosamente, todos expectantes de la llamada por los gestos de su cara esperamos a que finalizará de hablar para partir, “un carro derribó un poste de luz causando un apagón en parte de Ocotlán y por supuesto en esta zona” nos contó, las carcajadas comenzaron a producirse debido a la psicosis originada entre nosotros por el desafortunado suceso. Cuando salíamos y comenzamos a alejarnos, observaba como se volvían casi imperceptibles las intensas y titilantes luces rojas y azules que rodeaban el accidente, me fui, sin saber quién fue la persona a la que ese día su realidad se tiñó totalmente oscura a pesar de las intensas llamas que se encontraban a su alrededor.