16 may 2008

Asesinaron “la voz que rompía el silencio”

Jamás imaginaron que “la voz que rompió el silencio”, la voz qué solo se escuchaba cerca de su pueblo, sería tan fuerte para escucharse en todo el país, nunca pensaron que sus voces hablando otra lengua serían entendidas por todo México y a pesar de que las ondas radiofónicas no lograban extenderse más allá de una cuantas hectáreas, consiguieron traspasar fronteras, pero para que esto sucediera tuvieron que ser asesinadas.

Felicitas Martínez y Teresa Bautista, dos jóvenes comprometidas con el pueblo autónomo de San Juan Copala, pero sobre todo con las mujeres “triquis” de su municipio, nunca imaginaron que todos sus consejos, pero principalmente sus denuncias serían el motivo por el cual les arrebatarían la vida.

Estas locutoras encargadas del programa radiofónico “La voz que rompe el silencio”, transmitido en San Juan Copala, municipio perteneciente al estado de Oaxaca, fueron asesinadas vilmente el pasado 7 de abril al salir de su programa de radio, en el cual denunciaban el abuso de los caciques de la zona, además de las agresiones y violaciones de las cuales eran víctimas las mujeres.

Ellas son una muestra innegable de que México está convertido en el país más peligroso de América en ejercer el periodismo, lo único que ellas deseaban es que su pueblo “triqui” dejará de ser una zona llena de peligros en el que las mujeres sólo estaban destinadas para atender el hogar, o la elaboración de artesanías, le demostraban a sus homólogas que podían cambiar su destino, que podían luchar ante las injusticias.

Todo el país quedó consternando por este terrible suceso, y demanda la búsqueda de los asesinos, pero lo que agrava esta situación es el hecho de que los mismos familiares exigen que no sea el gobierno del estado el que se encargue de esta búsqueda sino el gobierno federal.

Esto debido a que creen que el gobierno de Ulises Ruiz se ha infiltrado entre los indígenas para crear grupos armados irregulares que mantienen un estado de terror e impunidad en la zona “triqui”, debido a la creación de este municipio autónomo, el cual se separó hace un año en oposición a las autoridades de los municipios de Juxtlahuaca, Putla y Constancia del Rosario.

Es escalofriante el pensar que dos mujeres que sólo deseaban ayudar a su población, hallan terminado sin vida, sembrando el temor en todo su pueblo, y sobre todo que su familia no tenga una autoridad a la cual pueda pedirle ayuda, por miedo a sufrir el mismo destino.

Son pocas las personas que tienen poder en esa zona, son pocos a los que les daba temor que siguieran hablando, son pocos los que necesitaban enmudecerlas, así que no pienso que se necesite buscar mucho para encontrar a los que callaron “La voz que rompe el silencio”.

2 comentarios:

Cecilia Guadarrama dijo...

¡Hola!
Gracias por el comentario. Para nada me molesta; al contrario, siempre es reconfortante saber que el mundo del periodismo todavía tiene mentes jóvenes y conscientes. De éstas es lo único que nos permitirá sobrevivir como vehículos diversos para ofrecer visiones de la realidad.
Cuando quieras, cáele al blog que te pondré un link.
Un abrazo :)

lukas dijo...

Mmmmm que te diré... Mira, el problema con la expresión libre, es que si no atacas con buenos argumentos, siempre acabas metido en problemas. La intensión es muy importante, pero solo es un 40% del proceso.
Ésto va a seguir pasando, forever en México, y más en estos lugares pequeños y aislados. Sonaré culero, pero es parte del proceso, la supervivencia del más apto. Desgraciadamente los más aptos, muchas veces no son los más valientes.


Y ahora que lo pienso... se me antojaron unas triquitrakes :)