Ojos pequeños y rasgados, grandes y oscuros, verdes o
azules, voltean extrañados a un local diferente al de los alrededores. No tiene
luces asombrosas, ni una arquitectura temática y mucho menos reproduce las
canciones del momento; en el fondo se escuchan
los corridos, la banda o el mariachi.
No venden combos pero al comprar tu platillo, sin costo
adicional, te ofrecen cebollas y chiles asados, deseando no resulten demasiado
picosos a los turistas.
Pepena, asada, adobada, buche y chorizo conforman el menú de “Tacos
el Gordo”, pinturas de diferentes regiones de México adornan el lugar, pero es
una hielera de la Michoacana la que engalana el sitio y se convierte en una de
las mejores sorpresas para los “paisas” en la avenida principal de Las Vegas.